√ La vida es una gran escuela y los maestros son todos los que nos encontramos en el camino. Unas decisiones las tomamos nosotros, otras situaciones ocurren para transformar nuestro estado de consciencia, en cuyo caso Dios se convierte en el más sabio de los guías. El nunca se equivoca y siempre está en control a través de sus principios. Lección aprendida, no vuelve a ocurrir.
√ Cuando nos resistimos a aprender la lección o postergamos las decisiones que debemos tomar, la vida lo hace por nosotros, una conmoción aparece y nos obliga a detenernos para rectificar el rumbo, a veces es a nivel individual, en otras oportunidades nos ocurren a todos.
√ El mundo se ha paralizado para poder sobrevivir, una gran oportunidad se ha capitalizado para toda la humanidad con la sabía advertencia de ser un momento histórico para evolucionar, para ello las circunstancias nos obligan a reprogramar nuestro tiempo, a valorar las bendiciones y a mirar hacia adentro. Las conmociones duelen y el dolor no tiene jerarquías; somos frágiles y al mismo tiempo arrogantes por la apariencia, el estatus, el poder, la fama o el dinero. En éstos tiempos la única diferencia es lo que hemos sembrado y como hemos aprovechado nuestras vidas y que lecciones nos faltan por aprender.
√ Valorar cada instante; un abrazo cálido y profundo; la importancia de un beso, una caricia o un simple apretón de manos; observar lo que antes era invisible ante nuestros ojos por estar apurados; contemplar en silencio los que amamos, los que están en riesgo, niños y ancianos; ser humildes e impregnarnos de amor, todos somos vulnerables sin importar nuestras condiciones anteriores de vida; ser agradecidos y bondadosos;. solidarios y colaboradores; prudentes e intuitivos.
√ Nos han obligado a girar nuestra mirada hacia nosotros, hacia lo que somos, hacia nuestra luz interior, hacia nuestra transformación; mientras tanto, respiremos, rectifiquemos nuestra sombra y ratifiquemos nuestra luz; cultivemos nuestro propio jardín para que podamos sembrar lo mejor de nosotros en el próximo ciclo.
Te invito a qué lo declaremos juntos, respira profundo, ora y después de YO SOY expresa tu nombre completo:
YO SOY (Nombre completo) y me declaro con humildad un aprendiz desde la sabiduría que surge de las lecciones aprendidas; desde la gratitud valoro infinitamente el despertar a un nuevo día y mi salud, es una gran oportunidad para avanzar; desde el amor y la bondad atesoro los instantes que vivo en mi breve experiencia humana y declaro mi intención de cultivar mi jardín y ayudar a otros a hacerlo también. Lo mejor está por venir. Así sea.
Ale
@soyaleordonez