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¿Cuántas veces al día criticamos, juzgamos, opinamos o nos quejamos? ¿Cuántas veces en nuestro pasado reciente hemos aconsejado sin petición previa o nos hemos formado una opinión sobre lo que es bueno o malo? Si la respuesta es afirmativa es necesario revisar sus consecuencias.
√ Las conductas que hemos aprendido y que hemos normalizado como un hábito, es interpretar lo que ocurre en nuestro entorno según nuestro punto de vista, con toda la emociones incluidas.
√ Conscientes de la Ley de Atracción, de la Ley de Causa y Efecto y la Ley de la Vibración, ¿Que tipo de energía estamos generando cuando opinamos o emitimos un juicio de valor y qué vibración atraeremos a nuestra vida? La respuesta es sencilla, con la vara que mides, serás medida.
√ Toda percepción que surge cuando vivimos una experiencia o compartimos con otras personas es una interpretación, cómo observador del proceso, que está determinado por nuestras creencias, referencias y experiencias anteriores.
√ Desde nuestro papel de observador, obtenemos la información desde una sola perspectiva, de una gran cantidad de enfoques posibles.
√ Si hemos tomado la decisión de transformar el hábito de emitir juicios de valor, la ruta comienza por el silencio, cómo la pausa de la sabiduría si notamos la intención de reaccionar emocional o impulsivamente cuando nos lastiman o nos cuentan una historia; en segundo lugar, escuchar con detenimiento y preguntarnos como podría sentirse la otra persona ante lo que nos gustaría expresar; a continuación, sin la carga emocional, decidimos el momento oportuno y el criterio de lo que comunicaremos.
√ Desde la sabiduría de nuestro ser interno, fluirá un discurso positivo desde la compasión y el amor a los demas.
√ A veces nuestra buena intención nos lleva a utilizar calificativos sobre las decisiones de otras personas o sus capacidades, también lo hacemos sobre situaciones, sin darnos cuenta que cada uno vive su proceso según su estado de consciencia y aprendizajes para evolucionar.
√ Cuando escuchamos sin reaccionar, sin juzgar y desde la sabía intuición de nuestro espíritu cultivaremos la confianza de las personas que amamos, porque sentirán la libertad de hacerlo sin ser juzgados y sobre todo lograremos que en el futuro seamos tratados de la misma manera.
√ Respira profundo tres veces, ora desde tu corazón, visualiza un campo de energía positivo y declara desde la intención más profunda.
YO SOY (expresa tu nombre completo) y declaro mi intención de guardar silencio cuando mi intención sea juzgar, opinar o criticar. Escucharé a mis compañeros de aprendizajes desde el amor y la compasión cultivando su confianza. Es lo que deseo para mí vida y para las personas que amo. Así sea.
Ale
@soyaleordonez